OSCAR BONAVENA, EL CAMPEÓN SIN CINTURÓN
Peleó contra los más grandes de su tiempo y
fue un personaje muy querido. Hincha de Huracán y de la vida nocturna, su vida
terminó brutalmente cuando fue asesinado en Estados Unidos.
Su nombre
completo era Oscar Natalio Bonavena, nació en Boedo y fue hijo de Dominga
Grillo y Don Vicente Bonavena. Fue soberbio, fanfarrón. Fue hincha de Huracán.
Fue cantante y actor. Pero fue, es y será Ringo, uno de los mejores boxeadores
argentinos de la historia, y uno de laos más grandes ídolos nacionales de este
deporte.
A lo
largo de su carrera, Bonavena disputó 68 peleas con un récord de 57 ganadas (44
por la vía rápida), un empate (con su eterno rival argentino, Goyo Peralta) y
nueve perdidas (seis por puntos, dos por descalificación y una sola antes del
límite, con el mítico Muhammad Ali).
Si aquel
22 de mayo de 1973 no lo hubieran asesinado en las afueras del Mustang Ranch de
Nevada, hoy Bonavena cumpliría 72 años.
Sus
comienzos como boxeador fueron en el Club Huracán, el equipo de su corazón, y
en 1959 se consagró campeón amateur. Bonavena fue un boxeador carismático y muy
fuerte, valiente como pocos y dueño de una boca muy grande. La historia dice
que Ringo nunca ganó el cinturón de campeón mundial, que quizás siempre lo
mereció, pero en su época fue ídolo, un dios dentro y fuera del ring. Y su
recuerdo perdura hasta hoy.
Siempre
quiso ser futbolista y romperla en su Globo querido, pero su camino fue por
otro lado. Bonavena llegó a Nueva York y hasta 1965 se entrenó duro para convertirse
en uno de los mejores. Peleó con lo más grande spugilistas de su época: Zora
Folley, dos veces ante Joe Frazier.
Luego de
tanta peleas nunca pudo ser campeón del mundo, pero su carisma lo llevó a
combatir el 7 de diciembre de 1970 ante Muhammad Ali en el Madison Square
Garden.
Allí perdió en el último round después de haberse dado el lujo de
avergonzarlo en la conferencia, castigarlo en la pelea y llamar “gallina” al
gran Ali.
Tras esa
derrota, el argentino buscó y buscó la revancha, para demostrar que podía
vencer al gran Muhammad Ali. Sin embargo, esa pelea no se pudo concretar nunca
ya que un asesino a sueldo le disparó la noche del 22 de mayo de 1976 en el
Mustang Ranch, un cabaret de Nevada, propiedad de Joe Conforte, ex manager de
Ringo y el marido de quien se decía era la amante de Ringo, Sally
Esa
noche, Oscar habría discutido con un hombre encargado de la seguridad del
lugar, Joe Coletti, y aparentemente todo estaba premeditado y planeado por
Conforte, al enterarse del romance del boxeador con su esposa, 26 años mayor
que Ringo.
Ringo fue
enterrado el 30 de mayo de 1976 en el cementerio de la Chacarita con su pecho
ahogado en claveles rojos. Unas 150.000 personas pasaron por el Luna Park para
despedirlo previamente. Era el último adiós al bueno de Bonavena.
Ringo no
fue campeón. Pero siempre fue ídolo y glamoroso. Y aunque muchos lo odiaron y
otros lo adoraron, nadie duda que fue uno de los íconos del boxeo argentino.
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