GENERAL DE DIVISIÓN ENRIQUE MOSCONI
Nació en Buenos Aires el 21 de
febrero de 1877, siendo hijo del ingeniero Enrique Moscóni y de doña María
Juana Canavery.
Ingresó al Colegio Militar de la
Nación el 26 de mayo de 1891, y se graduó con diploma de honor de subteniente
de infantería el 20 de noviembre de 1894.
En el año 1899 desempeñó comisiones
topográficas en la cordillera, en Mendoza, tomando parte en los levantamientos
topográficos y estudios estadísticos de la zona.
En el año 1900 formó parte de la
Comisión que realizó los estudios del ferrocarril estratégico de Confluencia a
Pino Hachado. En junio de 1903 se graduó como ingeniero civil, en
la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales de la Universidad de
Buenos Aires; en septiembre del mismo año se le reconoció como ingeniero militar,
siendo transferido al arma de Ingenieros.
Durante su prestación de servicios
en el Ministerio de Guerra, ganó el primer premio, entre 11 concursantes, para
los proyectos de un cuartel de infantería y uno de caballería a levantarse en
el lugar que hoy ocupa el Regimiento de Granaderos a Caballo General San
Martín. En noviembre de 1904 viajó a Italia, Bélgica y Alemania, donde realizó
estudios para la construcción de la usina hidroeléctrica y a gas pobre que
funcionara en Campo de Mayo, adquiriendo además los materiales de hierro,
sanitarios y eléctricos para los cuarteles que se levantaron en los años
1905/1910, siendo felicitado por el Ministerio de Guerra por las grandes
economías que obtuvo para el Estado, en estas adquisiciones.
De octubre de 1906 a octubre de 1908
fue incorporado al ejército alemán en el Batallón 10 de "Pioners de
Wesphalia", y tomó parte en las maniobras imperiales de 1907. Cursó la
Escuela Técnica de Artillería e Ingenieros de Charlotenburgo, y volvió a
realizar maniobras como mayor en el Regimiento 48 de Infantería. En
Suiza realizó maniobras con la III División de Berna. En diciembre de 1909 fue
nombrado vocal de la Comisión de Ingenieros que viajó a Europa para realizar
estudios y adquisiciones de materiales técnicos del arma, y tomó parte en
ejercicios de los cuerpos de Zapadores Pontoneros, Telegrafistas y
Ferrocarrileros de Alemania, Francia y Austria Hungría.
En 1910 patentó en Alemania y cedió
al Ministerio de Guerra de la Argentina, un dispositivo para cambio de trocha
en rodados militares. Tomó parte en los grandes ejercicios técnicos
realizados en el Elba en julio de 1913. En junio de 1914 fue
incorporado como Teniente Coronel al III Regimiento de Infantería de la
Guardia, con el cual participó en maniobras de regimiento y de brigada.
Regresó al país en diciembre de 1914,
y volvió a comandar el 1° de Ingenieros hasta 1915 en que fue nombrado
Subdirector General de Arsenales de Guerra. A mediados de 1916 se le designó
Director del Arsenal Esteban de Luca. El 16 de marzo de 1920 se le
nombró Director de Aeronáutica, fundó el Grupo 1° de Aviación, y dio gran
impulso al arma.
Director del servicio de Aeronáutica del Ejército en 1922, un día se
irritó ante el reclamo de la West India Oil Co., filial de la Standard Oil de
New Jersey, de cobrar por anticipado la nafta para los aviones. En su libro El
petróleo argentino Mosconi mismo escribió el relato de la entrevista: “Advierta,
le dije entonces, que el Servicio Aeronáutico del Ejército no debe un solo
centavo a su compañía; que se trata de una repartición militar solvente y
dependiente del Ministerio de Guerra y que, por lo tanto, no sólo me sorprenden
sus manifestación y exigencia, sino que las considero impertinentes y no las
acepto”. Mosconi se guardó lo que pensó y no dijo: “Allí, en el mismo
escritorio, me propuse, juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los
medios legales a romper los trusts. Designado director general de YPF el 19 de
octubre de 1922, realicé tal propósito siete años después, para bien y progreso
de nuestra Patria y mayor ventaja de sus habitantes”. Cuando
Alvear lo designó al frente de YPF, Mosconi se propuso estructurar una empresa
fuerte y luego “tomar la dirección de nuestro mercado de consumo, llevando
los precios a un nivel conveniente y equitativo para los intereses nacionales”
para arrastrar a la baja “a todas las firmas importadoras”.
En 1926, al hacer su propio balance, consignaba Mosconi que “se opina
comúnmente que el Estado es mal administrador”. Pero “el juicio es exacto
cuando el Gobierno no traza ni mantiene normas de buena administración”. En
1922 la industria petrolera fiscal producía un promedio diario de 942 metros
cúbicos, contra 2.61 de 1926. Mosconi envió técnicos a especializarse en los
campos petrolíferos de los Estados Unidos, México, Venezuela y Europa. Sus
estudios sirvieron de base para el Boletín de Informaciones Petroleras y para
la creación de cursos complementarios de cinco meses para formación en el área
en la Escuela Industrial de la Nación. El mismo espíritu animó en 1928 la
fundación del Instituto de Petróleo en la Universidad de Buenos Aires con
aprobación del rector, Ricardo Rojas. Rojas quería formar “técnicos
argentinos aptos que nos libren de la declamación, más o menos patriótica”.
Mosconi quería una ley para nacionalizar los yacimientos, que veía difícil con la composición del Congreso en 1928. Esa herramienta sería “una valla infranqueable a los avances de empresas que, como la Standard Oil Co. en el norte, inicia y consolida sus conocidos sistemas de penetración y amenaza perturbar nuestro futuro económico y, por consecuencia, nuestra situación política”. El Senado no quiso aprobar la iniciativa de Hipólito Yrigoyen, presidente en su segundo mandato entre 1928 y 1930, y el golpe de Uriburu terminó de abortar la iniciativa.
Mosconi quería una ley para nacionalizar los yacimientos, que veía difícil con la composición del Congreso en 1928. Esa herramienta sería “una valla infranqueable a los avances de empresas que, como la Standard Oil Co. en el norte, inicia y consolida sus conocidos sistemas de penetración y amenaza perturbar nuestro futuro económico y, por consecuencia, nuestra situación política”. El Senado no quiso aprobar la iniciativa de Hipólito Yrigoyen, presidente en su segundo mandato entre 1928 y 1930, y el golpe de Uriburu terminó de abortar la iniciativa.
El 9 de septiembre de 1930, se retira de YPF. El ciclo de
golpes de Estado del siglo XX comenzó el 6 de septiembre de 1930, cuando José
Félix Uriburu derrocó a Hipólito Yrigoyen. Quedó en la historia con un mote:
“Golpe con olor a petróleo”. Y algo se habrá olido en aquel momento el
director de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, el ingeniero y general Enrique
Mosconi, porque sólo cuatro días después presentó su renuncia.
A las empresas petroleras
inglesas y norteamericanas no les fue fácil conseguir que Uriburu, incluso con
un gabinete afín a capitales de ese origen y de Alemania, lograra desmontar los
ocho años de gestión de Mosconi.
No alcanzaron el arresto y la investigación a la que fue sometido el general. YPF se había convertido en una estructura industrial poderosa. La destrucción sólo sería posible 60 años después, en la primera presidencia de Carlos Menem. Y no es que en los dos años de Uriburu faltaron intentos. La Standard Oil, con matriz en los Estados Unidos, presionó para conseguir avances en Salta. Sin chances de liquidar a YPF, la estrategia privada apuntó a ganar espacios en paralelo. De 1931 es la instalación de la destilería de Shell en Dock Sud. En simultáneo, las otras compañías presionaban para anular la reserva a favor de la explotación estatal dispuesta por el presidente radical Marcelo Torcuato de Alvear en 1924 para las cuencas de Chubut, Santa Cruz, Neuquén, Tierra del Fuego, La Pampa, Salta, Jujuy y Mendoza.
No alcanzaron el arresto y la investigación a la que fue sometido el general. YPF se había convertido en una estructura industrial poderosa. La destrucción sólo sería posible 60 años después, en la primera presidencia de Carlos Menem. Y no es que en los dos años de Uriburu faltaron intentos. La Standard Oil, con matriz en los Estados Unidos, presionó para conseguir avances en Salta. Sin chances de liquidar a YPF, la estrategia privada apuntó a ganar espacios en paralelo. De 1931 es la instalación de la destilería de Shell en Dock Sud. En simultáneo, las otras compañías presionaban para anular la reserva a favor de la explotación estatal dispuesta por el presidente radical Marcelo Torcuato de Alvear en 1924 para las cuencas de Chubut, Santa Cruz, Neuquén, Tierra del Fuego, La Pampa, Salta, Jujuy y Mendoza.
Entre los años
1931 y 1932, permanece en Italia estudiando la Aeronáutica de ese país.
Cuando regresó
fue designado Director General de Tiro y Gimnasia, y se retiró del Ejército con
el grado de General de División, el 31 de diciembre de 1933.
Después de una
larga enfermedad falleció el 4 de junio del año 1940.
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