ARISTARCO DE SAMOS el primero que colocó el Sol, y no la Tierra, en el centro del universo conocido
(Samos,
actual Grecia, 310 a.C. - Alejandría, actual Egipto, 230 a.C.) fue un astrónomo y matemático griego.
Pasó la mayor parte de su vida en Alejandría.
Fue
discípulo de Estratón de Lampsacos jefe de la escuela peripatética fundada por
Aristóteles. Años después Aristarco sucedería a Teofrasto como jefe de esta
institución entre años 288 y 287 a.C.
Fue un hábil geómetra pero es poco lo que se conoce de su vida. Sus hipótesis sobre el universo se han extraído a partir de las referencias hechas por otros autores después de su muerte.
Fue un hábil geómetra pero es poco lo que se conoce de su vida. Sus hipótesis sobre el universo se han extraído a partir de las referencias hechas por otros autores después de su muerte.
Ptolomeo
en el Almagesto lo nombra como un concienzudo observador de los solsticios y
equinoccios. Parece haber interpretado estas observaciones correctamente,
atribuyendo estos fenómenos al movimiento de la Tierra alrededor del Sol.
Dedujo por esto que era necesario que la órbita terrestre estuviera inclinada
para explicar los cambios de estación.
Aristarco
consideraba al Sol como una estrella y probablemente que las estrellas eran
soles.
De
la obra científica de Aristarco de Samos sólo se ha conservado De la
magnitud y la distancia del Sol y de la Luna.
Calculó
que la Tierra se encuentra unas 18 veces más distante del Sol que de la Luna, y
que el Sol era unas 300 veces mayor que la Tierra.
El
método usado por Aristarco era correcto, no así las mediciones que estableció,
pues el Sol se encuentra unas 400 veces más lejos. Un cálculo bastante preciso
fue realizado algunos decenios más tarde por Eratóstenes.
Él
es la primera persona, que se conozca, que propone el modelo
heliocéntrico del Sistema Solar, colocando el Sol, y no
la Tierra, en el centro del universo conocido.
Aristarco
fue uno de los muchos sabios que hizo uso de la emblemática Biblioteca de
Alejandría, en la que se reunían las mentes más privilegiadas del mundo
clásico.
Por
aquel entonces la creencia obvia era pensar en un sistema geocéntrico. Los
astrónomos de la época veían a los planetas y al Sol dar vueltas sobre nuestro
cielo a diario. La Tierra, para muchos, debía encontrarse por ello en el centro
de todo.
Los
planteamientos del reconocido Aristóteles hechos unos pocos años
antes no dejaban lugar a dudas y venían a reforzar dicha hipotesis. La Tierra
era el centro del universo y los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se
encontraban en esferas fijas que giraban en torno a la Tierra. Pero existían
ciertos problemas a tales afirmaciones.
Algunos
planetas como Venus y, sobre todo, Marte, describen trayectorias
errantes en el cielo, es decir, a veces se mueven hacia adelante y otras hacia
atrás, lo cual está en flagrante contradicción con la tradición aristotélica,
que decía que todos los movimientos y las formas del cielo eran círculos
perfectos.
Antes
que Aristarco, Heráclides Póntico encontró una posible solución al
problema al proponer que los planetas podrían orbitar alrededor del Sol y éste
a su vez alrededor de la Tierra. Esto ya fue un gran salto conceptual pero aún
era un modelo parcialmente geocéntrico.
El paradigma que
dominaba era la Teoría geocéntrica de Aristóteles desarrollada
a fondo años más tarde por Ptolomeo. No fue hasta los trabajos
de Copérnico, unos mil setecientos años más tarde, que empezó a plantearse
el modelo heliocéntrico como una alternativa consistente.
Aristarco
de Samos formuló, también por primera vez, una teoría heliocéntrica completa:
mientras el Sol y las demás estrellas permanecen fijas en el espacio, la Tierra
y los restantes planetas giran en órbitas circulares alrededor del Sol. Su
modelo heliocéntrico (que no tuvo seguidores en su época, dominada por la
concepción geocéntrica) encontró mayor precisión y detalle en el sistema de
Copérnico, ya en el año 1500.
Aristarco
perfeccionó además la teoría de la rotación de la Tierra sobre su propio eje,
explicó el ciclo de las estaciones y realizó nuevas y más precisas mediciones
del año trópico.
Comenzó
a medir la distancia y comparar los tamaños relativos en la cosmología
utilizando la trigonometría. Explicó los movimientos de rotación y traslación
terrestres. Dedujo que la orbita de la tierra se encuentra inclinada. Amplio el
tamaño del universo conocido - aunque con un gran margen de error ya que
calculó que el Sol era 19 veces mas grande que la Luna y se encontraba 19 veces
mas lejos,
actualmente se sabe que es 400 veces mas grande y esta 400 veces mas lejos.
actualmente se sabe que es 400 veces mas grande y esta 400 veces mas lejos.
Los
trabajos originales se perdieron probablemente en uno de los varios incendios
que padeció la biblioteca de Alejandría. Del modelo heliocéntrico de
Aristarco solo nos quedan las citas de Plutarco y Arquímedes.
El
único trabajo de Aristarco que ha sobrevivido hasta el presente, De los
tamaños y las distancias del sol y de la luna, se basa en una
cosmovisión geocéntrica.
Sabemos
por citas, sin embargo, que Aristarco escribió otro libro en el cual avanzó una
hipótesis alternativa del modelo heliocéntrico. Arquímedes escribió:
"Tú,
rey Gelón, estás enterado de que el universo es el nombre dado por la
mayoría de los astrónomos a la esfera cuyo centro es el centro de la Tierra,
mientras que su radio es igual a la línea recta que une el centro del Sol y el
centro de la Tierra. Ésta es la descripción común como la has oído de
astrónomos. Pero Aristarco ha sacado un libro que consiste en ciertas
hipótesis, en donde se afirma, como consecuencia de las suposiciones hechas,
que el universo es muchas veces mayor que el universo recién
mencionado. Sus hipótesis son que las estrellas fijas y el Sol permanecen
inmóviles, que la Tierra gira alrededor del Sol en la circunferencia de un
círculo, el sol yace en el centro de la órbita, y que la esfera de las
estrellas fijas, situada con casi igual centro que el Sol, es tan grande que el
círculo en el cual él supone que la Tierra gira guarda tal proporción a la
distancia de las estrellas fijas cuanto el centro de la esfera guarda a su
superficie."
Aristarco
creyó así que las estrellas estaban infinitamente lejos, y vio esto como la
razón por la que no había paralaje visible, es decir, un movimiento
observado de unas estrellas en relación con otras en tanto la Tierra se mueve
alrededor del Sol. Las estrellas están, de hecho, mucho más lejanas de lo
supuesto en la Antigüedad, y el paralaje estelar solamente es perceptible con
los mejores telescopios.
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