EL PROFETA EZEQUIEL
Ezequiel (vivió s. VI AC ). Ezequiel fue un
sacerdote y profeta hebreo, ejerciendo su ministerio entre 595 y 570 a.E.C.,
durante el cautiverio judío en Babilonia. Protagonista y autor en parte del
libro bíblico de Ezequiel, comenzó a profetizar a los judíos en Palestina c.
592 AC , anunciando el juicio de Dios sobre una nación pecadora. Fue testigo de
la conquista de Jerusalén por BABILONIA y del éxodo de sus compatriotas
israelitas al cautiverio. Ofreció una promesa de restaurar Israel en su famosa
visión de un valle de huesos secos que revivirían. Concibió una comunidad
teocrática organizada en torno a un templo restaurado en Jerusalén.
Sus profecías se encuentran en el Libro de
Ezequiel, siendo su mensaje fue de reverencia para con la santidad de Dios e
incluyó reflexiones sobre la futura reconstrucción del Templo de Jerusalén,
enfatizando asimismo la responsabilidad moral de cada individuo.
A diferencia de otros profetas, Ezequiel tuvo
importantes revelaciones en forma de visiones simbólicas que le fueron
transmitidas por Yahvéh. Ezequiel provee descripciones detalladas de sus
visiones. En su primera visión, Ezequiel percibió el tetramorfos, es decir, los
cuatro seres vivientes tirando de un carro celestial.
Sus profecías advirtieron de la destrucción
inminente de Jerusalén, condenaron las prácticas idólatras y envisionaron la
restauración de Israel.
Ezequiel vivió en la misma época que el profeta
Jeremías, tornánose profeta durante el exilio babilónico.
Estaba casado (Ezequiel 24, 18), era hijo de
Buzí, de linaje sacerdotal, fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey
Joaquim de Judá (597 a.E.C.) y permaneció en una ciudad de Mesopotamia llamada
Tel-Abib, cerca de Nipur en Caldea, a orillas del río Cobar.8 Cinco años
después, a los treinta de edad (cf. 1, 1), Yahvé lo llamó al cargo de profeta,
que él ejerció entre los desterrados durante 22 años, hasta el año 570 a.E.C.
A pesar de las calamidades del destierro y de
los falsos profetas, los cautivos no dejaban de abrigar esperanzas de que el
cautiverio terminaría pronto y de que Yahvé restauraría la santa ciudad de
Jerusalén y su Templo (Jer. 7).
Con la caída de Jerusalén y la destrucción del
Templo, no pocos habían perdido la fe. La misión de Ezequiel consistió en
combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres, y las ideas
erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén; para consolar a su pueblo,
predicó la esperanza del tiempo mesiánico.
El Libro de Ezequiel comprende un prólogo, que
relata el llamamiento del profeta (caps. 1-3), y tres partes principales: la
primera (caps. 4-24) comprende las profecías acerca de la ruina de Jerusalén;
la segunda (caps. 25-32), el castigo de los pueblos enemigos de Judá;11 y la
tercera (caps. 33-48), la restauración.
En la última sección de su profecía (40-48),
Ezequiel describe detalladamente la restauración de Israel después del
cautiverio: el Templo y la ciudad de Jerusalén, así como sus arrabales y la
tierra prometida repartida equitativamente entre las doce tribus israelitas.
Las profecías de Ezequiel se caracterizan por
la riqueza de alegorías, imágenes y acciones simbólicas; san Jerónimo se
refiere a ellas como el "mar de la palabra divina" y el
"laberinto de los secretos de Dios".
Ezequiel es venerado como profeta en el judaísmo,
cristianismo, islam y bahaísmo.
Según la tradición judía, Ezequiel murió
mártir.