MIGUEL BRAYER
Soldado Napoleónico al que San Martin dio de
baja con las siguientes palabras “hasta
el último tambor del ejército tiene más honor que usted.”
Michel
Silvestre Brayer, conocido en América del Sur como Miguel
Brayer (Douai,1 Francia, 31 de
diciembre de 1769 – París, 28 de
noviembre de 1840), militar francés que participó en las Guerras
Napoleónicas, llegando al grado de General de Brigada. Tras la Restauración
Borbónica, huyó a Chile, donde tuvo una actuación desastrosa en
la guerra de independencia de Chile. De regreso a Francia, recuperó todos
sus grados y honores y continuó su carrera militar, participando en la
organización de la invasión de España por los Cien Mil Hijos de San
Luis que acabó con los logros del trienio liberal. El nombre de Michel
Brayer está grabado en el Arco del Triunfo.
Ingresó
como soldado al Regimiento Suizo de Reinhart a los 13 años. Incorporado después
al regimiento de Puy-de-Dôme, hizo en 1792 la campaña de
las Ardenas, del Mosela, del Danubio y del Rin. Más
tarde fue ascendiendo hasta llegar a jefe de batallón en 1799. Cuatro años
más tarde se destacó en la batalla de Hohenlinden y fue incorporado a
la Legión de Honor en 1805. En 1809 fue ascendido al
grado de general de brigada.
Participó
en la campaña de Austria de 1803, y tuvo actuaciones destacadas
en las batallas de Austerlitz, Friedland.
En
algún momento, en esos años, fue diputado a la Asamblea Nacional.
Pasó
posteriormente a los ejércitos napoleónicos en España. Allí combatió en
la batalla de Burgos, llegando al grado de general en 1809, año en
que tuvo una actuación destacada en la batalla de Ocaña y la campaña
de la Sierra Morena. Reconocido como barón imperial, actuó
también en la batalla de Gévora y en la de Albuera.
Regresó
al frente oriental, combatiendo en las batallas
de Dresde y Leipzig.
Tras
la abdicación de Napoleón Bonaparte, pasó a retiro, aunque Luis
XVIII lo nombró caballero de la Orden de San Luis. Era el comandante de la
plaza militar de Lyon cuando el regreso de Napoleón a Francia,
pasando nuevamente a órdenes del Emperador; éste lo nombró gobernador de la ciudad
y palacio de Versalles el 5 de mayo de 1815, par de Francia el 2 de
julio y conde del Imperio con una dotación de 4.000 francos.
Tras
la derrota definitiva de Napoleón, el rey Luis XVIII lo incluyó en su ordenanza
que condenaba a muerte a los oficiales que hubieran acompañado al Emperador, en
septiembre de 1816. No obstante, ya había huido a Prusia, desde donde
pasó a los Estados Unidos.
Allí
conoció al general José Miguel Carrera, líder de una de las fracciones del
independentismo de Chile. Juntos regresaron a Sudamérica,
desembarcando en Buenos Aires en febrero de 1817 al frente
de una flotilla destinada a la independencia chilena. Pero la flota fue
requisada y Carrera pasó a Montevideo, mientras Brayer continuó su viaje
por tierra hasta Chile, país que acababa de reconquistar su libertad gracias
al Ejército de los Andes, comandado por José de San Martín.
Al
llegar a Chile, su experiencia era muy superior a la de cualquier otro oficial
del Ejército Chileno, por lo que San Martín lo nombró Jefe de Estado Mayor
del mismo, segundo del general Bernardo O'Higgins. En tal carácter,
participó en el Sitio de Talcahuano: esa ciudad – ubicada demasiado cerca
de la ciudad de Concepción como para ser ignorada – estaba bien
amurallada, y era fácilmente aprovisionada desde el mar por la flota española.
Cuando
O'Higgins pidió opiniones sobre cómo tomar la ciudad sitiada, el
general Juan Gregorio de Las Heras propuso una estrategia de desgaste
gradual. En cambio, Brayer indicó que debía asaltarse la fortaleza avanzada de
Talcahuano de frente y desde allí avanzar hacia la ciudad; cuando Las Heras
objetó que eso significaba tener que asaltar inútilmente dos murallas, Brayer
le recordó que él había asaltado una fortaleza prusiana en muletas y le
aconsejó que no participara en el asalto. Como O'Higgins prefirió confiar en
Brayer, Las Heras exigió ser quien comandara el asalto a las posiciones, para
demostrar que no era por cobardía que había criticado la estrategia.
Pese
al heroísmo del ataque de Las Heras – que estuvo a punto de morir en el intento
– y sus hombres – que cayeron de a cientos – el ataque fue un total fracaso.
Brayer trató de culpar del fracaso a Las Heras, lo que O'Higgins rechazó.
Retrocediendo
hacia el norte con el resto del ejército, Brayer volvió a cometer un error
grave cuando ordenó al coronel Ramón Freire abandonar Lontué en
presencia del enemigo, que estuvo a punto de destruir su división.
Cuando
ocurrió la sorpresa de Cancha Rayada, Brayer abandonó el ejército sin dar
indicaciones precisas de cómo efectuar la retirada. Esta acción causó muchas
bajas, entre ellas, la herida de O'Higgins. Al llegar
a Santiago difundió entre la población que se había perdido la guerra
y que había que huir a Argentina, mientras San Martín reunía nuevamente su
ejército.
Al
iniciarse la batalla de Maipú, Brayer solicitó autorización para irse a
tomar unos baños termales. San Martín le contestó que eso bien podía esperar
unas horas, hasta después de la batalla que ya había comenzado.
Como
Brayer insistió, San Martín lo dio de baja frente a todo su estado mayor y le
gritó
"hasta
el último tambor del ejército tiene más honor que usted."
Mientras
los realistas huían derrotados en Maipú, Brayer huyó a Buenos Aires; allí
publicó unos panfletos contra San Martín y exigió el pago de sus sueldos y
premios. San Martín, desde Mendoza, exigió y obtuvo su encarcelamiento.
Aprovechando una especie de libertad condicional, huyó meses después a
Montevideo. Allí volvió a encontrarse con Carrera, a quien ayudó en su campaña
periodística contra O'Higgins, difamando nuevamente a San Martín en la prensa.
Posteriormente intentó volver a Buenos Aires en 1820, pero no fue autorizado.
Entonces regresó a Francia.
Regresó
a Francia en 1820. Indultado de la antigua condena a muerte, recuperó
todos sus cargos militares y honores. Participó en la organización de la
invasión de los “Cien Mil Hijos de San Luis”, que reinstauró el absolutismo en
España.
Posteriormente
fue ascendido al grado de teniente general, puesto al mando de la Quinta
División, con sede enEstrasburgo. Entre 1833 y 1835 fue
Inspector General de Infantería. Pasó a retiro definitivo en 1836.
Falleció
en París en 1840.
Su
nombre figura en el Arco de Triunfo de París. También es mencionado en el
testamento de Napoleón, que le legó una suma de cien mil francos.
Su
hijo, Miguel Silvestre Felipe Brayer (1813-1870), conde del imperio, llegó al
grado de general de brigada muriendo en combate el 16 de agosto de 1870 en
la batalla de Mars-la-Tour (Rézonville), durante la Guerra
Franco-Prusiana.
Bibliografía
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